lunes, 29 de marzo de 2010

PARA MI CANALLA MAYOR

Para mi canalla mayor gracias Roberto. Nunca me hizo caso porque no tenía carro, por ser pobre y además feo que prefirió hacerle caso a un pretendiente que traía un carro (cualquiera aunque fuera de paletas) . Esta razones son suficientes para que un hombre decida blindar su corazón, a prueba de chantajes. Desde la secundaria, según recuerdo, era yo muy aprehensivo y si una chavita me gustaba era capaz de convertirme en lo que no era con tal de agradarle. A Evelyn Rodríguez me le cruzaba en su camino como 15 veces al día con tal de tuviera presente quien era. Arely siempre me sonreía con tal de le pasara la tarea. Me hice basquetbolista y futbolista destacado con tal de atraer miradas, porque veía que mis otras tácticas no eran suficientes para poder captar atención y lo único que conseguí era que todo aquel que me conocía me llamara “BUBU”. Y siempre sacaba 10 en Historia porque la maestra Angélica estaba muy-mi-reina y yo era su alumno más aplicado. Así se fueron tres años, entre mujeres que de la manera más simple te enseñan que vayas donde vayas, hagas lo que hagas, sueñes lo que sueñes, son ellas las que gobiernan tus anhelos más sencillos, las que manipulan hasta tus actos menos relevantes. Y aunque creas que algún día llegará la persona ideal, sólo son falsas expectativas. Por lo general, tu peor consejera es la inmadurez. Claro, hasta que te das cuenta de que las cosas más trascendentes de la vida son las que haces tú solo. Nunca te engañaré, recuerdo que dijo ella una tarde soleada, mientras comíamos en una fondita. Yo le creí porque supuse que me amaba, pero también porque yo era un chamaco muy confiado. Ella no era bonita, pero irradiaba sensualidad. Estudiaba conmigo en la carrera. "Recuérdame", escribió en una cajetilla de cigarros el día después de fajar por primera vez. Meses después recuerdo que le dije que la notaba rara, incluso, un poco distraída, como cuando las mujeres se entusiasman con un sujeto que nunca eres tú. Ella me dijo que estaba imaginando tonterías, así que dejé de darle importancia hasta que un día me soltó que quería tiempo par estar sola. Así que di media vuelta, sentí un aguijón en el hígado, y nunca termine de cerrar el ciclo. Ella nunca toco a mi puerta y creo que de inmediato se olvido de mí. Hasta que me cansó seguir así por alguien que siempre valió la pena pero que yo solito perdí por mis inseguridades alguna de sus amigas me comentó que ella sabía del par de veces que me puso los cuernos. Yo para entonces ya había pasado por depresión, los cuales me dejaron 20 kilos de recuerdo que hasta la fecha cargo encima aunado a esto deje de echarle ganas a la escuela y de cierta manera a la vida le perdí el gusto o tal vez aun estoy en busca de alguien que le me ayude a de nuevo encontrarle sazón. Hoy sé que de nada sirve inventarse verdades a medias ni ficciones completas. Si algo resulta inevitable es que las mentiras te perseguirán como cucarachas: todo está en que se cuele una a tu vida y le seguirá un ejército feroz, incalculable. ¿A poco no te has fijado que por justificar una mentira destapas otro agujero y otro y otro? Bastaría con asomarte al espejo para darte cuenta de que tu esqueleto es un montón de huesos falsos, que la columna vertebral de tu vida es la hipocresía.

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